Segunda ola: ¿Cómo seguir con la tormenta en frente?

Semana Santa fue todo un éxito a nivel económico para la provincia, pero el saldo epidemiológico que dejó es preocupante. Reina la incertidumbre ante restricciones futuras en un contexto de crisis.

La provincia de San Luis enfrenta su peor momento epidemiológico: en el día de ayer fueron detectados 403 casos nuevos, dispersos por todo el territorio. Tras la enorme afluencia de turistas y la fuerte circulación interna en Semana Santa los casos se dispararon.

Los esfuerzos por llevar adelante la campaña de vacunación dejaron bien parada a la provincia en relación con el resto del territorio: actualmente es la segunda jurisdicción con más porcentaje de vacunados. Aunque la administración de la segunda dosis se ha dilatado en todo el país, San Luis también logró ser la segunda con más porcentaje de inoculados por segunda vez.

Sin embargo, al ver las cifras es evidente que la vacunación fue insuficiente: solamente el 2,6 recibió las dos vacunas en San Luis. Y la suba de casos es alarmante, ya que San Luis fue la provincia donde más aumentaron los casos.

Tal como muestra el gráfico, en San Luis los casos se incrementaron en un preocupante 534%. Argentina también registra un récord de casos actualmente, superando las cifras de octubre del año pasado.

Ante tal situación, la provincia decretó medidas: reuniones particulares de hasta 10 personas, restricción de circular entre las 00:00 y las 06:00, y capacidad limitada al 30% en bares, restaurantes y gimnasios. Desde el Gobierno procuraron ser lo más laxos posibles, aunque el peligro de llegar a una crisis sanitaria está latente.

Natalia Zabala Chacur, jefa de Gabinete puntana, pidió a la comunidad comprensión y respeto por las medidas de cuidado personal. Afirmó que evaluarán como evoluciona el número de casos: si la situación es incontrolable tomarán medidas más restrictivas.

San Luis así se enfrenta a una tormenta perfecta: la reactivación económica y el cuidado de la salud serán dos aspectos casi antagónicos y las certezas de cara al futuro permanecen neblinosas.