FAMILIAS DE NIÑOS CON AUTISMO SOLICITAN A LA SOCIEDAD RESPETAR LA FINALIDAD DE LA PLAZA AZUL

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Apoco más de un mes de su inauguración, la plaza Azul en la ciudad de San Luis, un espacio creado para niños con trastornos del espectro autista (TEA) y sus familias, no solo ha sido el objeto de actos de vandalismo, sino que habitualmente se ve ocupada por gente para la cual no fue creada, realizando inclusive actividades que directamente están prohibidas, como pasear animales.

En diálogo con La Gaceta Digital, Leandro Gómez, miembro de la Fundación Azulado, expresó su preocupación por lo que está ocurriendo y pidió a la sociedad respetar la finalidad del espacio.

“Es una situación recurrente la que estamos viviendo quienes tenemos hijos con autismo, porque si bien la Plaza Azul es integradora y la finalidad es que los chicos se puedan adaptar también socialmente, se están rompiendo los patrones y no se está dando respetando el uso específico que tiene”, dijo Leandro, quien apuntó a la contaminación sonora, algo que muchos niños con autismo no toleran, y a la aglomeración de personas, lo que dispara los niveles de ansiedad de los chicos con TEA.

“Básicamente lo que he notado cuando voy con mi hijo es que los vecinos de la zona usan la Plaza Azul como si fuera una plaza normal, a pesar de que hay dos plazas más disponibles dentro del predio Procrear, donde los adultos pueden hacer un picnic, compartir mates y sus hijos jugar al resguardo. La molestia que tienen los padres que tienen niños con autismo es que, en vez de ir a esos lugares, ocupan la Plaza Azul. Queremos pedirles a todos los padres que tienen niños neurotípicos o aquellos que desean acampar o tomar mate y pasar una linda tarde que hagan uso de los otros espacios verdes y permitan que la Plaza Azul se ocupe con su finalidad específica, que es para los niños y las familias de niños con autismo que son los que necesitan un espacio con poco ruido, donde no se genere basura porque muchos niños con autismo son muy sensoriales y toda la basura que cae al piso suelen metérsela a la boca. Por eso tampoco es recomendable que anden paseando perros, por ejemplo, porque los niños con autismo no miden y pueden agarrar las heces de los perros y metérselas a la boca, lo mismo con las colillas de cigarrillos y todo tipo de residuos que se pueda generar en una juntada masiva dentro del espacio”, comentó Leandro.

Gómez también señaló que se han reportado actos de vandalismo en la Plaza Azul, incluyendo la rotura de juegos y tableros didácticos utilizados para el aprendizaje de los niños con autismo. “Hay una serie de tableros especiales que se utilizan de forma didáctica para que los niños con autismo aprendan ciertos patrones y muchos de ellos ya han sido vandalizados. Se han robado algún autito del tablero o han roto algunos spinners y los objetos que están ahí para que los niños se puedan recrear”, contó.

A esto hay que sumarle el robo de los árboles frutales que los mismos padres plantaron en el espacio, ya que el mismo prácticamente no tiene sombra. “Es una lucha constante con los que van y se roban los árboles”, comentó.

En este sentido, grupos de padres están trabajando en conjunto con la Municipalidad para abordar esta problemática y promover la conciencia sobre el uso adecuado de la plaza. Asimismo, Leandro contó que la Municipalidad ha dispuesto de una guardia nocturna para evitar actos de vandalismo, mientras que los trabajadores que abren el predio y lo cuidan son muy responsables con el mismo.

“Muchos de los empleados municipales que van a hacer mantenimiento y los cuidados correctivos en el predio te manifiestan que la gente se enoja cuando les dicen que no pueden ingresar con un perro, a acampar o que hay que mantener la puerta cerrada. Les contestan muy mal y les dicen cosas como que eso es un espacio público. Nosotros entendemos que es un espacio público, pero tiene una finalidad específica, que son los niños con TEA. Es un espacio público, pero adaptado a esta situación”, relató Gómez.

“La plaza está muy concurrida. Por ejemplo, yo estuve el día viernes con mi hijo y la contaminación sonora era muy elevada. Particularmente, mi hijo no tiene problemas con la contaminación sonora, pero la gran mayoría de los chicos con TEA sí. Además, esto es algo que sí tiene mi hijo, la mayoría de los niños son muy sensoriales y se meten todo a la boca, por lo que tenés que estar cuidándote de que no agarre colillas de cigarrillos, heces de perro y todas las cosas que te encontrás en la plaza y que no deberían estar”, concluyó Leandro.

Fuente: La Gaceta Digital.

Redacción

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