UNA CARAVANA DE MUSCLE CARS VISITÓ EL PRIMER VIÑEDO DE ALTURA DE SAN LUIS

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El Mustang Club de Argentina coronó su viaje por la provincia en el Viñedo Al Voleo Vermut de Pasos Malos. Los viajeros disfrutaron de un despliegue de fuegos y cocina al aire libre, a cargo de una familia gastronómica merlina. 

El último sábado la Villa de Merlo vivió una jornada muy especial. Apenas asomaba el sol en el viñedo cuando se encendió la llama. La imagen de los cabritos estaqueados anunciaba una visita numerosa al Paraje Pasos Malos, donde hace algunos años se fundó el primer viñedo de Argentina especializado en la producción de vermut.  

Los días previos habían mostrado una actividad inusual en el tranquilo paraje serrano. Es que los hermanos Gutiérrez Lastra estaban preparando un evento sin precedentes en la villa. 

Osvaldo y su equipo prepararon las instalaciones para recibir a las visitas. Pico, pala y barreta: el Viñedo Al Voleo se estaba poniendo pintón. Osvaldo estaba confiado y decía: “hasta se puede andar descalzo”.  

Ivana y Antonella diseñaron y armaron tres grandes mesones en el corazón del viñedo para recibir a la caravana. Hace tiempo que organizan mesones compartidos en Entre Negros, el negocio familiar. “Somos una familia gastronómica, anfitriones por naturaleza. Para nosotros, hacerle de comer a la gente es honrar una costumbre sagrada. Compartimos la cultura local a través de los alimentos y las celebraciones”, me decía Ivana mientras giraba el mate en la charla. 

También Osvaldo se prendía en la mateada y aportaba su visión. “La sustentabilidad está en el origen, brota y crece en el suelo. Además de elaborar distinto, nos importa educar y enseñar a consumir distinto. Por eso invitamos a quienes visitan el viñedo a conectar con botánicos ancestrales y conocer sus propiedades medicinales. Construimos experiencias auténticas que le dan relatos a la cultura local”. 

El reloj anunciaba las 11:00 y estaba todo listo para recibir al Mustang Club de Argentina. El viñedo estaba vestido de gala para recibir a los viajeros. A los pocos minutos, el rugido de los motores causó revuelo en Pasos Malos, congregando a vecinos y caminantes curiosos. 

Arriba los esperaba un equipo de 13 personas, entre cocineros, mozos, ayudantes, realizadores y colaboradores. Al bajar de los autos, los invitados degustaron los Vermut Al Voleo Blanco y Rosso elaborados con los botánicos que crecen a lo largo y a lo ancho del viñedo.

Tras el refresco y ya con los invitados más relajados, hicieron una pequeña recorrida por este paraje de montaña. Y el primer impacto fue la vista: este viñedo a 1100 msnm ofrece una postal panorámica del Valle del Conlara. La imagen del paisaje se completa: al norte, al sur, al este y al oeste. Y el camino montañoso de apenas 400 metros cobra el tamaño de una proeza.

En el corazón soleado del viñedo, aguardaban los cabritos a la llama. Una insignia de la gastronomía cuyana que la familia Gutiérrez Lastra promueve desde 1998. Rápidamente brotó la curiosidad de los recién llegados, que se agruparon en torno a los asadores. 

Osvaldo, Ivana y el tío Américo preparaban los alimentos con destreza. Mientras tanto, 

explicaban cómo orientar el fuego para cocinar el cabrito a la llama y cómo servirlo para disfrutar este alimento. También hubo tiempo para preparar una salmuera casera junto a los viajeros, para potenciar los sabores nativos. Los saberes locales, familiares, compartidos. De eso se trata. 

Acompañaban las empanadas fritas en grasa, el vermut Al Voleo y el buen vino tinto. Tampoco faltaron el flan casero y el brindis, compartido por comensales y organizadores. Nadie se guardó nada. 

Tras el almuerzo, un molle joven recibió en su sombra a los comensales para resguardarlos del sol. Los hermanos sirvieron una infusión yuyera, con la receta de la abuela. Se abrieron las reposeras en el viñedo, para disfrutar de una vista privilegiada. Todo volvió a la calma, hasta el apuro se durmió una siesta. 

Germán Petroni preside el Mustang Club de Argentina y también se hizo el tiempo de dejarnos testimonio. “Coronamos este viaje por San Luis en la Villa de Merlo. Nos sentimos acogidos por el Viñedo Al Voleo y su gente. Aprendimos mucho de las hierbas y alimentos locales, y descubrimos una nueva manera de pensar el vermut. Espero que sigan estos viajes con amigos”

Cuando se hizo la tarde los viajeros emprendieron su regreso. Hubo abrazos, saludos y alguna promesa de volver con amigos y familia. Es el efecto de los días memorables. Y un motivo para pensar que experiencias así tienen mucho para dar en la Villa de Merlo. 

Redacción