Losardo: la salida de la ex ministra exacerba la pelea interna por ocupar un cargo que “quema”

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Alberto no termina de definir quién reemplazará a la ministra renunciante, varios nombres en danza

Créditos: perfil.com

La salida de la ex ministra de justicia Losardo desató toda una serie de internas dentro del gobierno y varios interrogantes en el propio poder judicial. En un año electoral donde uno esperaría que lo que prime son las certidumbres, la indecisión de Alberto Fernández sobre a quien nombrar para ese puesto que, a juzgar por los debates, es una “papa caliente”, genera todavía más incertidumbres.

El Poder Judicial espera un nombre cercano a la vicepresidente, con un discurso fuerte sobre el Lawfare y con un embate inusitado contra los jueces y la corte, por eso suena fuerte Martín Soria, el rionegrino cercano al Instituto Patria. De hecho, la espera a cómo se va a rearmar una cartera sensible para el oficialismo en lugar de restarle importancia a la renuncia de la ministra genera mayor expectación, y el impacto empieza a amplificarse al punto de mostrar hacia fuera los desacuerdos dentro de la coalición gobernante.

El presidente batalla sólo en medio de conflictos que lo sobrepasan. Por un lado intento minimizar la salida de Losardo, vinculándola a una decisión personal, ligada al desgaste del cargo, algo que los analistas políticos no dejaron pasar, y lo vincularon con el discurso de Alberto en la apertura de las legislativas, y al monólogo de Cristina en la declaración de la causa de dólar futuro, en dónde cargo contra jueces y periodistas.

La lectura política es la erosión de los albertistas y el advenimiento del kirchnerismo más duro al gabinete, y el impacto empieza a sentirse fuerte, sobre todo por la andana de críticas a otros miembros de su gabinete. Por eso las expectativas están puestas en el reemplazante de Losardo, para despejar hasta que punto se avanzará en el conflicto con la justicia o si se encaminará hacia el diálogo y el consenso.

Por eso la decisión de Alberto es trascendental, no tanto porque se cambie un ministro, tensión que de hecho no sucedió con lo de Ginés, aún en medio del escándalo del vacunagate, sino porque está instalada la sensación de que este cambio esta relacionado con la búsqueda de impunidad de su vice. La definición que tome el presidente no pasará inadvertida para los distintos sectores económicos y políticos, e incluso para la sociedad. Es un año clave, y las señales que se envíen van a ser definitorias a la hora de poner el sobre en la urna.

Redacción

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