Caso «Bebo» Ochoa: 3 meses sin respuestas
La noche del domingo atestiguó una nueva marcha silenciosa para pedir respuestas sobre el atroz asesinato del trabajador rural de Cortaderas.
La falta de certezas y el silencio judicial vividos estos 3 meses en Cortaderas dejaron una familia destrozada, un pueblo conmocionado y una causa encajonada. La muerte de Alejandro Ochoa fue atroz, pero 3 meses después no hay culpables ni indicios.
El descontento y la angustia llevó a unas 80 personas, entre familiares y amigos de «Bebo», a una nueva protesta para reclamar que se esclarezca de una vez lo sucedido. Ayer a las 19:00 los convocados se reunieron en la Plaza San Martín de Cortaderas: entre carteles y antorchas dieron una vuelta simbólica, que culminó frente a la comisaría local.
La tranquilidad con que transcurrió la marcha poco tiene que ver con el calvario con el que los allegados de «Bebo» reviven con cada día que pasa sin novedades. Ivanna Ochoa, hermana del difunto trabajador rural, expresó: «Esta situación para nosotros es muy dolorosa. A mi hermano lo mataron y al día de hoy no hay culpables. No se ha encontrado nada. Nos dicen que se está trabajando pero no hay nada todavía. Queremos que la gente que mató a mi hermano pague por lo que hizo».
Una causa sin brújula
La última vez que vieron con vida a Alejandro «Bebo» Ochoa fue el 27 de marzo: la última imagen que quedó en la retina del principal testigo es la de su amigo siendo llevado forzosamente de su domicilio por dos hombres encubiertos.
Días después, el triste final de «Bebo» fue conocido por todos: hallaron su cuerpo sin vida a principios de abril, una calurosa tarde de viernes.
La escena era de los más cruenta: Ochoa murió de forma violenta, luego de ser torturado por sus asesinos. Una mordaza envolvía su boca anudada por detrás y otra en el cuello, sus genitales habían sido mutilados y tenía diversas heridas punzocortantes en el cuerpo. Además, los asesinos seccionaron la tráquea de «Bebo», que sufrió de una hemorragia y falleció asfixiado.
Ya en mayo, la familia temía que la causa quede encajonada en Tribunales. Hace algunas semanas la misma Ivanna Ochoa pidió ampliar su declaración, mientras reprochaba a la Jueza Patricia Besso el hermetismo informativo. Los meses pasaron y en julio el secreto judicial permanece intacto: nada nuevo se sabe sobre la muerte de «Bebo».
Mientras tanto, la familia dice no sentirse segura en casa y esperan el llamado de la jueza para recibir alguna información sobre el asesinato de su hijo de 35 años. El temor es claro: que Alejandro haya tenido su final así sin más, con sus torturadores en libertad y con la justicia ensombrecida una vez más.
