Buscamos a Guadalupe: «No dejemos que Guada quede en la nada»

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Los familiares de la pequeña desaparecida hace un mes marcharán hoy a las 17:00, frente al Correo Argentino de la capital provincial. Una causa que no puede caer en el olvido colectivo.

El tiempo parece ser el peor enemigo para Guadalupe Belén Lucero: fue también un 14, pero de junio, el día en que la niña de 5 años fue vista por última vez en el Barrio 544 viviendas. Desde entonces los operativos de búsqueda para dar con su paradero han convocado no solo a las fuerzas de seguridad, sino a todo puntano que empatizó con el dolor de una familia que 30 días después no tiene consuelo.

Los primeros días la euforia colectiva llenó las redes y las calles de fotos de la pequeña Guadalupe. Durante esas primeras dos semanas la Policía buscó por cielo y tierra a la niña, desplegando operativos en todo el territorio provincial. Se sumaron equipos especializados de las provincias vecinas, y de las no tan vecinas. Los organismos de Búsqueda de Personas también estuvieron a la orden del día: el Alerta Sofía no tardó en llegar, como tampoco tardaron en llegar a la provincia quienes desde hace años luchan contra los fantasmas de un pasado de trata. Susana Trimarco, titular de la Fundación María de los Ángeles, se acercó a San Luis y se comprometió con la causa.

El calvario para los padres de Guadalupe traspasó ampliamente al dolor de no saber donde tienen a su hija. Tuvieron que lidiar con Tribunales, con los rumores que corrían desde redacciones en Buenos Aires y con personas mal intencionadas. Extorsiones, manipulaciones y desilusiones: Eric Lucero y Yamila Cialone pasaron, y pasan, un dolor incalculable, inconmensurable.

¿Qué queda para la Justicia? La misma Justicia Federal rechazó tomar la causa al principio, aún cuando habían en juego delitos extorsivos, que ameritan la intervención federal. En aquel momento José D´Antona, abogado de la Fundación María de los Ángeles, denunció y exigió que desde la Nación pongan su parte para encontrar a la niña. ¿Por qué? Porque así debe ser. Guadalupe es una más de nosotros, y a todos nos corresponde colaborar para que vuelva a casa con su familia.

Pero, como dije antes, el tiempo es el peor enemigo para Guadalupe Belén Lucero: las tareas de búsqueda cayeron en la discreción -¿O el silencio?-, los medios encontraron nuevos temas más redituables, y la gente tiene que lidiar con nuevos problemas. Poca esperanza queda para una pequeña de 5 años desaparecida si su causa pierde la voz: para nosotros será una más entre las miles de mujeres que sufren destinos similares. ¿Para ella? Duele pensarlo.

En este escenario, las salidas son pocas, pero la esperanza es fuerte. Sobre todo para Eric y para Yamila, que anhelan todos los días ver a su hija una vez más. Puntanos ellos, como nosotros, requieren de nuestra voz para que la causa no quede en el olvido.

Guido Raza

Decidí que lo mío era la Comunicación a los 15 años. Soy alumno de la Facultad de Comunicación en la UNC y me especializo en Comunicación Institucional. Elegí La Voz Puntana como el lugar para informarme e informarlos.

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