La Celina Taller: «Lo que haces es lo que te define»
La familia Moreno decidió que el hobby que tenían en el fondo de casa se convierta en su oficio. En La Celina todos van a aprender, incluso el que enseña.
Quisiera empezar esta segunda edición de #EmprendedoresenPandemia hablando de perspectiva. El concepto está muy vinculado a las artes gráficas, y puede entenderse a manera de representación. Para Paz Moreno, ceramista a cargo del Taller La Celina, su trabajo le ayuda a cambiar su perspectiva: ¿Cómo nuestro oficio puede condicionar nuestro punto de vista?
Aunque su afición por trabajar con las manos comenzó en la niñez, nuestra entrevistada afirma que su oficio estaba decidido incluso antes de terminar el colegio. Según Paz, la llegada de la arcilla fue descrita como un encuentro, que años después sigue cosechando frutos.
Con poco más de 20 años, Paz se dedica a hacer piezas en cerámica: en su taller en Villa de Merlo crea piezas únicas e invita a cada uno a familiarizarse con el torno y la arcilla. Podrán encontrarla en su atelier situado en El Molino 185, trabajando junto a su madre y sus hermanas. También podés encontrarla en sus redes, para poder conocer todo lo que La Celina tiene para ofrecer:
- Facebook: https://www.facebook.com/LaCelinaTienda
- Instagram: https://www.instagram.com/lacelinataller/
- WhatsApp: 2664893123 (Paz)
Tuvimos oportunidad de conversar con ella y saber más sobre este emprendimiento familiar. La entrevista se reproduce a continuación:
–¿Cómo llegó la cerámica a tu vida?
-Mi mamá es profesora de bellas artes y siempre me inculcó ese lado. Desde muy chiquita me llamaban la atención las masas como la plastilina y la porcelana fría, y ella siempre me daba para usar. A los 14 es cuando encuentro la arcilla, y cuando veo todo el proceso de trabajarla me gustó, porque es algo que va al horno, entonces son piezas que duran. Pasé a verlas como piezas útiles y ahí me empezó a llamar más la atención.
Un poco antes de terminar el secundario, a los 17 o 18 años, yo decidí que la cerámica sea mi oficio.
-Excelente. ¿Entonces cuantos años hace que tenés el taller?
-Al taller La Celina lo inauguramos en 2017.
-Vi que suelen laburar con tu vieja en el taller. ¿Vos consideras a La Celina un lugar familiar?
-Si, totalmente. En casa somos muchas mujeres, 5 hermanas, y era un hobby para nosotras. Nunca pensamos que se iba a transformar en un negocio lo que arrancó como algo para hacer en el fondo de casa. Le pusimos un nombre y le fuimos dando forma: hoy en día me dedico a la parte de torno, mamá esmalta e ilustra las piezas, otra hermana se encarga de las redes.
-Que bueno eso, podemos decir que se ocupan todas de La Celina.
-Exactamente, tenemos una impronta femenina.
-Los lectores no lo saben, pero nos conocemos hace algunos años. Supe que viajaste por Europa y me gustaría saber cómo fue tu estadía allá. ¿Te ayudó a crecer como artista?
-La verdad que sí, fue algo increíble. Solamente visitar la ciudad es pura cultura: lo que ves abre mucho la perspectiva, sin que tengas que ir a un museo. Me quedé en París y una vez que me instalé me decidí a trabajar en un atelier. En un principio no conseguí, asique entré a trabajar en una escuela: allá tienen doble escolaridad, y a la tarde los chicos tienen talleres en donde pueden elegir desde circo hasta básquet. Yo daba cerámica en dos colegios.
-Tremendo, te felicito por haber tenido esa experiencia.
-La verdad estuvo buenísimo y me llevaba muy bien con los nenes, eran muy tiernos. Además, me afiancé mucho con el francés. Esa experiencia duró medio año y después me dieron más ganas de encontrar un atelier para hacer algo más de torno, porque en los colegios hacíamos más modelado.
Empecé a mandar mi currículum a atelieres y me aceptaron en uno llamado Jean Roger. Es un atelier que tiene 70 años en París: es su tercera generación ahí y hacen unas piezas ornamentales increíbles. Pasé medio año como aprendiz ahí.
-Que increíble, pudiste viajar y seguir dedicándote a tu oficio. Me gustó mucho lo que me contaste sobre dar clases, y se que en La Celina también solías enseñar a hacer Cerámica. ¿Cómo vivís tu relación con quienes se acercan a conocer tu oficio?
-La parte que más me gusta de enseñar es introducir la gente al torno y que prueben la experiencia de tornear. Es lo que más intento mover: no importa tu profesión, o si has hecho algo antes con cerámica. Podés pasar por La Celina y aprender.
Actualmente doy clases en una sala de arte que está cerca, y el taller quedó solo para producción.
–¿Creés que el oficio que elegiste te enseña a vivir tu vida de otra manera?
–Yo creo que es una perspectiva: el oficio es lo que haces todos los días, y lo que haces es lo que te define. Asique si, en cierta forma me ayuda en ese sentido.
-¿Qué cosas valiosas rescatas de tu trabajo?
-En principio me gusta mucho trabajar con mis manos y poder hacer algo único en cada pieza. Creo que a eso último cada vez le está dando más valor la sociedad , y es algo que disfruto mucho.
Otra cosa que rescato es el contacto con la gente: cuando enseño tengo la posibilidad de conocer diferentes historias. Más que enseñar lo veo como aprender, y mirar desde otra perspectiva tu trabajo.
–Me encantó esto que mencionas, ¿vos crees que la gente pone sus historias en el torno, en lo que arma, y en como se engancha con la cerámica?
-Si, sus historias aparecen pero también su personalidad. Es increíble como el torno plasma la forma de ser de cada uno. Quieras o no te reflejas.
