El hombre juzgado por abusar sexualmente de su hija negó las acusaciones
A.M.G., de 52 años, está acusado del delito «Abuso sexual simple doblemente agravado por el vínculo y por la relación de convivencia». Denuncian que abusó de su hija cuando tenía 16 años y se conoció que la joven posee un retraso madurativo.
Ayer lunes comenzó el juicio hacia A.M.G, un hombre de 52 años acusado de abusar sexualmente de su hija, quien tiene un retraso madurativo. La querella lo acusa de cometer abusos en 3 ocasiones contra la joven: habrían ocurrido en 2014, cuando la víctima tenía 16 años. Ayer te contamos sobre el caso y podes verlo acá: https://lavozpuntana.com/index.php/2021/09/06/abuso-sexual-comienza-el-juicio-para-un-hombre-que-abuso-de-su-hija/.
La Fiscalía de Instrucción solicitó una condena de 8 años para el hombre, acusado de «Abuso sexual simple doblemente agravado por el vínculo y por la relación de convivencia». El acusado no fue privado de su libertad previo al juicio: llegó por su cuenta y declaró durante casi una hora, en la que negó las acusaciones. Se excusó diciendo que la separación con su ex pareja -la denunciante- fue conflictiva, aunque acordaron que sus hijos en común lo visiten los días martes, viernes y sábados.
Al referirse a su hija, el hombre la acusó de ser una persona «especial» con «alteraciones sexuales»: denunció que la joven tiene «debilidad por ver desnudos en la computadora y el celular». Asimismo, según el acusado una vez la abuela de la joven descubrió que la joven le enviaba fotos desnuda a un joven. El hombre negó rotundamente los abusos.
Voces enfrentadas
Quien luego tomó la palabra es la ex pareja de A.M.G: la madre de la niña fue quien radicó la denuncia al conocer sobre los abusos. Sumida en llanto, la mujer expresó: “Fue muy difícil enterarme que un padre le hace ese tipo de cosas a su hija”.
La denunciante narró que el día que la joven reveló los abusos se había levantado llorando, tras tener una pesadilla. Al charlar con su madre, quien ejerce de psicóloga, la joven le contó que había sido ultrajada sexualmente por su padre. La mujer convocó al hombre pero este negó dichas versiones, hasta que la joven le preguntó «¿Y lo del campo?», en relación a uno de los abusos que sufrió. Ante la angustia de la joven, el hombre se fue sin decir nada.
La mujer explicó que la joven tiene dificultades en el desarrollo cognitivo. A los 16 años tenía la mentalidad de una niña de 11: la describió como infantil, inmadura y tímida. Al tiempo de confesarle los abusos, la joven víctima le dijo a su madre que el hombre le había regalado una bombacha y le pidió que se la pusiera. También narró que en una ocasión su padre la invitó a un hotel alojamiento y le preguntó si podía entrar al baño mientras ella se bañaba. “Después de todo eso le cuesta mucho más socializar y salir; todo es más difícil”, se lamentó la psicóloga.
