Editorial. Muchas promesas y significativas ausencias
El gobierno se reunió con empresarios para avanzar en el acuerdo de precios y salarios
El acuerdo de precios y salarios comenzó ayer miércoles cuando el gobierno se junto con sindicalistas de las distintas líneas de la CGT. En esa reunión se acordó no poner techos a las paritarias, pero también se les pidió a los gremialistas más apoyo al gobierno.
Hoy les tocó el turno a los empresarios, y la reunión, si bien fue positiva para quienes participaron, lo cierto es que no contó con los “pesados” de la industria. Entre los que no asistieron a la convocatoria del gobierno están Paolo Rocca de Techint, Alfredo Coto, Hugo Sigman del grupo Insud, Luis Pagani de Arcor, e incluso Miguel Acevedo de la Unión Industrial Argentina.
Más allá de que los asistentes aplaudieran al ministro Guzmán, lo cierto es que el sector empresarial está molesto con el gobierno. La falta de un plan concreto de gobierno, la presión tributaria en un año que fue fatal para la industria, y los constantes ataques a distintos sectores vienen generando ruidos que poco pudieron acallar los aplausos al ministro de economía.
El gobierno pidió a los empresarios un diálogo “franco”, y aseguró que la actividad económica “se está recuperando”, pero toda está disposición dialoguista se va al tacho cuando Fernández termina saliendo con anuncios unilaterales, o amenazando a sectores productivos con más impuestos.
El sector económico en general viene de un mal año, y lo único que encuentran por ahora, desde el lado del gobierno, son trabas. Es verdad que la actividad se recupera, pero todavía está lejos de la que existía el 20 de marzo de 2020, por eso le piden al gobierno medidas concretas para incentivar el consumo, controlar la inflación, y reducir impuestos.
Kulfas afirmó que: “Queremos aliviar expectativas, mostrar que el plan económico va a funcionar, el objetivo es que los salarios le ganen a la inflación. Los empresarios han tenido una actitud positiva, alinearse con el objetivo macroeconómico general. Vamos a monitorear los precios de las distintas cadenas y la estructura de costos, cada sector debe asumir un compromiso, el objetivo es coordinar todos esos compromisos”.
Pero alinearse con el objetivo económico no es aceptar todo. De hecho, los pesos pesados no estuvieron, algunos adujeron viaje, y otros sencillamente ni fueron, lo que marca el pulso del malestar con un gobierno que no termina de convencer al empresariado argentino. Ya no alcanzan las meras promesas, sino que se esperan reacciones y medidas concretas para encarar el futuro con certidumbre.
Es un año electoral, y el gobierno necesita de estos acuerdos, el problema que encuentra no es con el sector industrial, que en principio acompañaría, sino en su propia indecisión, y la falta de tacto de los aliados del Instituto Patria que suelen salir a golpear a uno u otro sector en función de con quién estén enojados. Esa es el mayor desafío hoy de Alberto, lograr un equilibrio interno y tratar de no salir a buscar culpas en terceros, de lo contrario el acuerdo de paz puede transformarse rápidamente en una declaración de guerra, y terminar echando por tierra cualquier posibilidad de un presidente cuya imagen está cada día más desgastada.
