Crimen de la psicóloga de Ramos Mejía: una pandemia que mata de muchas formas

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El motochorro habría sido beneficiado con la salida de la cárcel durante la epidemia por presentar factores de riesgo

El viernes pasado el país se conmocionó con la muerte de María Rosa, la psicóloga que fue abordada por un motochorro y murió a causa de los golpes que le produjo el delincuente durante el asalto. Lo que no se sabía, es que el motochorro fue uno de los tantos liberados durante 2020 con la excusa de la pandemia por presentar factores de riesgo debido a que tenía 55 años.

Quienes liberaron presos sin ningún tipo de control son los responsables de la muerte no sólo de la psicóloga, sino también de los tantos casos de robo y asesinato que se conocieron en los últimos meses, y que fueron cometidos por presos liberados a raíz de la crisis sanitaria con una mirada tan naif que le costó la vida a una persona más.

Ayer lunes por la noche, la justicia detuvo a Alejandro Miguel Ochoa, de 55 años en Castelar, quién se presume es el autor del violento robo que terminó con la vida de María Rosa, muerta por la pandemia, pero no por el virus. Ochoa llevaba la misma ropa con la que cometió el delito, y la moto fue encontrada en la casa de un vecino.

La autopsia realizada a María Rosa revela que la causa de la muerte fueron los golpes recibidos, lo que generó un paro cardiorrespiratorio, a raíz de la existencia de costillas rotas y lesiones en el bazo. Esto complicaría aún más la situación de Ochoa, no obstante, ya es tarde. La justicia sigue protegiendo a los delincuentes y las víctimas están a merced de la inseguridad, mientras los responsables políticos dirimen sus diferencias a las trompadas.

Redacción

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