¿Rebelión en la granja?: La Provincia de Santa Fe, y un intendente de la Provincia de Buenos Aires le dijeron “no” al teletrabajo de la administración pública que impulsó el gobierno nacional

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Ante la falta de estrategias coherentes los distritos empiezan a pararse de manos ante un gobierno que no sabe como parar la crisis sanitaria

Por Heráclito Gómez

Cuando parecía que no había ninguna voz disonante frente a las medidas poco eficaces que impulsa el gobierno para paliar la “segunda ola” de Covid-19, el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro fue categórico en su rechazo: “Ya todos aprendimos cómo cuidarnos y no tenemos que aflojar. Desde el Municipio seguiremos controlando que se cumplan los protocolos, y tenemos que continuar las tareas previstas”, y además destacó: “No podemos parar la ciudad”, en clara referencia a la administración pública.

Durante 2020 el parate de las oficinas públicas, sobre todo de aquellas que atienden trámites directos al ciudadano, fue un dolor de cabeza para muchos, por ejemplo, presentar jubilaciones, escritos judiciales, etc., se fue convirtiendo en un problema más que en una solución. Por eso hoy, algunos dirigentes apuestan a convivir con el virus en lugar de retroceder como pretende hacer el gobierno.

Ciertamente, nada cambia tres días de teletrabajo en la administración pública, que en su mayoría ya lo viene haciendo desde hace un año. El mayor tema es el discurso, algo de lo que hablábamos ayer, de una especie de “República Bizarra” en dónde todo es posible, incluso que se anuncie lo que ya sucede hace un año, salvando excepciones.

Lo mismo sucede en Santa Fe, provincia que informó que su plantilla de agentes estatales no tendrá cambios estos días y trabajara normalmente, pese a la protesta nacional que esperaba fuera una medida acatada por todas las provincias, sobre todo, aquellas que tienen grandes aglomeraciones urbanas.

Una buena parte de la población ya no quiere el encierro, sino que pretende convivir con el virus mientras se va avanzando con el plan de vacunación. Plan que por otro lado marca las ineficiencias de un gobierno nacional que prometió 10 millones de vacunados para diciembre pasado y con suerte llega al millón en el primer trimestre.

Por eso el título de esta pequeña reflexión lleva el de un escritor que reflexionó sobre la forma en que los gobiernos suelen ser totalitarios y emprender acciones que van en detrimento de las libertades individuales a partir de relatos construidos socialmente. No soy particularmente adepto al constructivismo social, pero hay mucho de ingeniería ideológica en esta pandemia que nada tiene que ver con lo sanitario.

Si vamos a los datos concretos, los largos meses de encierro en Argentina no evitaron la ocurrencia de casos, sino que más bien los retrasaron, y se extendieron más en el tiempo en lugar de haberse concentrado en invierno, como sucedió en otros países, y como suele ser para este tipo de eventos respiratorios. Argentina ya no puede darse el lujo de seguir jugando a la cuarentena, hace falta mayor gestión del estado para resolver el tema de la pandemia cuanto antes y volver a la normalidad, y/o convivir con ella lo mejor que se pueda sin afectar los derechos civiles y sociales que nos otorga la Constitución Nacional.

Que dirigentes políticos empiecen a rebelarse no llama la atención, estamos en un año electoral y cada uno apunta a sus electores. Lo que llama la atención es la pasividad con que la población sigue aceptando decisiones del gobierno que nada tienen que ver con la respuesta sanitaria. Sin ir más lejos, en estos días hasta circulo un estudio de la Organización Mundial de la Salud, sobre que no era necesario usar barbijo, pero las autoridades políticas no dicen nada, más bien, persisten en sostener la farsa del “parecer que se hace” antes que hacer. Si hay un reclamo potente hoy de parte de la sociedad es que la normalidad se retome cuanto antes. Aunque ese reclamo no se de en la calle, como se ha dado en Formosa, es bueno que el gobierno tome nota, si no quiere sorpresas en el futuro cercano.

Redacción

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