Censura en la post verdad: Twitter le suspendió la cuenta a El Dipy

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“Nunca me van a callar y ahora me voy a poner peor”, disparó el cantante de cumbia

Por Trinidad López

El Dipy, luego que saltara a la fama por algo más que sus canciones, se ha convertido en una figura polémica, controvertida, y que genera reacciones de todo tipo, sobre todo en los militantes oficialistas, quienes ven en las chicanas del cantante un desafío a las ideas progresistas del kirchnerismo.

Ya lo han tildado de “desclasado”, “oligarca”, “macrista”, y otro tanto tipo de improperios, pero él no deja de reírse de los “cabeza de termo” que lo insultan, pero apoyan a líderes políticos millonarios, lo que enciende aún más la ira de los militantes kirchneristas.

Ayer jueves, luego que el cantante anunciará por la red social del pajarito su decisión de terminar el secundario, su cuenta fue momentáneamente suspendida por la denuncia de un usuario anónimo, lo que lleva a una serie de reflexiones, que, aunque quedarían cortas en este espacio, no dejan de ser importantes.

Una de ellas, sería que, si bien las redes sociales tienen que tener algún control para evitar, por ejemplo, que se promocione pedofilia, drogas o prostitución; el bloqueo por opiniones, en redes que se suponen democráticas distan mucho de ser imparciales. Por el contrario, y ya se ha visto en varias oportunidades, incluyendo a personalidades como el ex Presidente Trump, el pajarito no tiene problemas en censurar a quienes piensen distinto a los lobbys que representa.

Por eso, una vez bloqueada su cuenta oficial @dipypapa, el cantante salió con todo desde sus otras cuentas a arengar a la gente, dado que considera que, dicha suspensión, es política y no por violar alguna de las normas que suelen poner ad hoc las redes sociales, y dijo: “Con la suspendida de la cuenta, los militantes de la polenta y la pobreza se olvidaron que además de tener casi 50 mil seguidores acá, también tengo Instagram y TikTok Jajaja. Nunca me van a callar. Y ahora me voy a poner peor. Y voy a usar las tres redes”

Es cierto que también nos encontramos ante una nueva generación “copo de nieve” a la que pareciera ofenderle todo, que no puede discernir entre un chiste y la realidad, o que simplemente, porque algo no le gusta, como un niño caprichoso quieren que lo saquen o lo cancelen. El problema, que la cultura de la cancelación tiene unos tintes autoritarios y fascistas que cada día son más difíciles de sostener en una sociedad que todavía se dice democrática.

Así, con esta perversa lógica de las redes sociales, la democracia, tal como la conocimos nosotros, nuestros padres y abuelos, está definitivamente en riesgo, y en manos de personas que no pueden tolerar que sus propias creencias sean puestas en entredicho, y esto, más allá de la posición política de cada uno/a.

Redacción

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