Tatuajes y mal gusto

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Algo a lo que solo se atreven los más osados

Sobre gustos no hay opinión, dice el dicho popular, pero lo cierto, es que compartimos el planeta con gente cuyo gusto estético nos hace dudar que seamos de la misma especie. Hay quienes se hacen tatuajes para evocar fechas, situaciones, recuerdos o cosas que le fueron significativas, y están quienes no tienen ningún empacho en hacerse tatuajes vergonzosos que van más allá del nombre de un novio o novia que ahora es ex y que queda desactualizado. Hay gente que se somete por horas a tatuarse, a sufrir dolor, invertir tiempo y gastar plata en ser ridículo y desagradable.

Seguramente la intención de algunos sea el humor, lo que es algo rescatable, pero para eso también se podrían haber mandado a hacer una remera que se ponen y se sacan. Al cuerpo como arte y expresión, también podríamos agregarle como bizarreada, mal gusto, o falta de sentido común.

También están lo que utilizan su propio cuerpo como escaparate comercial y se tatúan una marca, un logo, o alguna frase hecha por algunas de las tantas empresas que logran calar fuerte en los consumidores, algo innecesario al menos que te paguen por hacerlo, cosa que llegado el caso te conviene más mandar a plotear el auto y que te paguen pero no poner el cuerpo. En definitiva gustos de mal gusto.

Redacción

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